Lección 35: 3 Leyendas Japonesas

   Ya que soy super fan de las leyendas japonesas, aquí les traigo 3 de mis favoritas!!!

El Espejo

   Esta es una preciosa leyenda japonesa de amor. Un samurai tiene que ir a la corte real para rendir pleitesía al nuevo rey, y al regresar a su pequeño pueblo regala un espejo a su esposa.De eso hace muchos, tantos que el espejo era aún algo nuevo para muchos japoneses de las zonas rurales.

   Tanto es así que la mujer del samurai al verse en el espejo le preguntó quien era aquella mujer. El guerrero le explicó que era su mismo reflejo. Antes de morir víctima de una grave enfermedad, entregó el espejo a su hija diciéndole: "Cada vez que me eches de menos mira mi reflejo en el espejo".

   Con la misma ingenuidad, cada vez que la pequeña miraba al espejo veía su propio reflejo creyendo que era el de su madre. Por eso se dirigió a su padre y le dijo: "Mira que extraño, papá. Mamá parece más joven y ya no está enferma". El samurai, con lágrimas en los ojos, le espetó: "Tú la ves a ella en el espejo como yo la veo en ti".

La Mariposa Blanca

   Un sabio anciano, solitario y meditativo, irrumpió en un pueblo en el que se quedó a vivir al lado del cementerio. El viejo levantó la curiosidad entre los habitantes de aquel lugar: ¿Quién sería ese viejo extraño y solitario y qué hacía al lado del cementerio?

   Un día, el anciano enfermó y, puesto que no se había casado nunca, los lugareños se lo comunicaron a sus dos únicos familiares: su hermana y un sobrino. Mientras el pequeño cuidaba al enfermo, una mariposa blanca se posó sobre el anciano y tras varios intentos de ahuyentarla, el niño consiguió que esta saliera volando muy despacio.

   Este la siguió con curiosidad: la mariposa se posó en la lápida de una mujer muerta a los 18 años. Al regresar a la casa de su tío, éste había muerto, y tras contar la historia a su madre, ésta le explicó la verdad: el hombre había ido a pasar sus últimos años al lado de su prometida, que era la mujer enterrada en el cementerio y convertida en mariposa.

La Doncella Luna

   Kaguya-hime es uno de los personajes legendarios más queridos por los niños en Japón, protagonista de una leyenda ancestral sobre el origen de un monte.

   Un viejo campesino que se ganaba la vida cortando bambú se sorprendió ante los rayos de luz que salían de un brote: era una bebé diminuto que decidió adoptar como su propia hija, junto a su esposa. Le pusieron de nombre Kaguya.

   Su belleza atraía a los hombres, pero ella rechazaba uno a uno a los pretendientes, incluso al mismo emperador, que al enterarse de que era hija de la luna y que pronto vendrían las tropas celestiales a buscarla, mandó a su guardia a proteger a la doncella. En vano, pues llegó el día y la princesa tuvo que regresar a la luna.

   Antes de partir, se despidió entre lágrimas de agradecimiento de sus padres, y le regaló al emperador una rama. Este subió a la cima más alta del reino, y en lo más alto del monte quemó la rama y un papel donde había escrito su mensaje de amor.

Desde entonces, se le conoce como Monte Fuji-yama ("que nunca muere").


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