Lección 30: Un Viaje De Venezuela a Perú

   Hace poco hice un viaje, por eso tarde tanto en escribir esta lección, porque no encontraba tanto las palabras como el tiempo para escribir, así que para que se hiciera más sencillo tanto para escribir como para leer, esta lección será más como un relato sobre mi travesía en este viaje. Primeramente, no fue un viaje común, fue como algo salido de una película, al menos para mí, ya que paso de todo. El viaje se centró básicamente en ir desde Venezuela a Perú, porque mi familia no podía más en la situación en la que se encuentra Venezuela. Elegimos Perú porque mi hermana vive allí con su familia, mejor dicho, aquí, porque ya me encuentro en Perú, pero el punto es que para llegar aquí pasamos muchas cosas y voy a tratar de contarlas lo más resumidas posible para que la lección no se haga tan larga.    Como el viaje fue por tierra primero tuvimos que tomar un bus hasta la frontera de Venezuela con Colombia, como fue el primer bus no me sentí muy cómoda, en otras palabras, vomite hasta el alma en una bolsa, de paso hubo un problema con los asientos y mi padre paso una parte del viaje en ese bus parado, luego lo sentaron, pero igual molesta. Luego del bus tomamos una camioneta y llegamos a la primera frontera, allí sellamos los pasaportes tranquilamente gracias a un asesor (gracias Ángel) y pasamos normal, aunque en la entrada del puente de la frontera un policía se nos puso chulito y no nos quería dejar pasar, pero lo resolvimos (tuvimos que pagar 5 dólares). Ya en Colombia comimos, descansamos y nos bañamos en la planta baja de un hotel mientras esperábamos el siguiente autobús, allí fue donde conocimos a unos 3 hermanos que se dirigían a Ecuador, La hermana mayor la cual era responsable de ellos “Paola”, el hermano del medio que de casualidad tenía mi edad “José” y la hermana menor “Valeria” (no son sus nombres reales). La pasamos increíble con ellos, nos ayudaron y los ayudamos, eso hizo el viaje más divertido, porque pasar por Colombia fue lo más largo y agotador, ¡ese país era interminable! Aunque en el bus todo tranquilo, esta vez no vomite, pero si me aburrí así que me puse a escuchar las canciones del teléfono de mi madre y ya estaba harta, ¡esa mujer solo tenía a Pablo Alboran!

   Luego de pasar por toda Colombia, por fin llegamos a la frontera de Colombia con Ecuador, comimos y sellamos salida del país (hasta allí todo legal), pero como no teníamos visa para pasar por la frontera, tuvimos que pasar por trocha. Nos montaron en un carro que de paso apestaba y tenía una fuga, en el cual estuvimos una hora y tantos minutos, pero como el camino por trocha tenía tantos huecos y rocas yo me termine mareando y Paola vomitando hasta el alma en el camino (Pao si llegas a leer esto mis condolencias por el pollo que regurgitaste), de paso nos detuvo la policía, pobre la señora que estaba a mi lado que se le detuvo hasta el corazón, pero salimos de esa ilesos, aunque a mi parecer esos policías nos estaban esperando escondidos allí en la trocha. Cuando terminamos el viaje infernal en ese auto llegamos a un lugar que parecía un refugio ya en ecuador, nos metimos a una habitación con las maletas y tuvimos que sentarnos otra vez a esperar el bus, aunque esa espera fue un poco más divertida porque todavía estábamos con Paola, José y Valeria, incluso nos tomamos fotos antes de despedirnos, porque a ellos les toco otro autobús, pero seguimos en contacto.    Nos montaron a el bus donde conocimos a una chica “Cáterin” y su hijo “Cristian” (no son sus nombres reales) y con ellos llegamos a la frontera de Ecuador con Perú, que fue donde pasamos más roncha, porque aun teníamos que pasar por trocha, pero una trocha toda rara. Llegamos a la frontera y antes de pasar nos dieron de comer y nos bañamos, luego un señor nos dijo que le entregáramos nuestras maletas y que a otro lo siguiéramos, pero a distancia, para que no sospecharan de que estábamos pasando ilegal, así que pasamos rápido, pero con normalidad sobre un puente y seguimos de largo hasta donde estaban unos carros esperándonos para seguir, nos montamos y pasamos, ya en tierra peruana todavía no estábamos a salvo, porque habían patrullas por todas partes pendientes de los carros que tenían venezolanos para ver a quienes les podían sacar plata. Avanzamos hasta una parte donde era pura arena donde tuvimos que pasar caminando con las maletas un gran tramo de lo que parecía ser un desierto, hasta que llegamos a la carretera otra vez para terminar subiéndonos en el mismo carro, se supone que pasamos esa parte caminando para evitar a los policías, pero igual nos pararon y lo más chistoso es que había niños chiquitos en el auto que se alegraron de ver a los policías, pero salimos por suerte de esa, obviamente pagando a los estúpidos policías, pero igual pudimos seguir adelante.    Luego nos montaron en otro bus para llegar a lima, el cual fue el peor de todos, a mitad de camino el baño se desbordaba y todo olía horrible, ponían la misma película como 20 veces (la dama y el vagabundo) y de paso el chofer no hacia paradas, incluso nos troleo deteniéndose fingiendo que iba a hacer una parada y siguió de largo, a ese chofer lo tengo en la mira. Cuando nos bajamos nos despedimos de Cáterin y esperamos en un centro comercial a una prima que nos recibió en su casa para descansar esa noche antes del último viaje, entonces descansamos en lima y a la mañana siguiente tomamos el ultimo bus que a decir verdad fue el mejor (curiosamente pasamos del peor al mejor), el baño limpio, cómodas sillas y hasta nos daban de cenar, sinceramente el último fue el más lindo y tranquilo. Luego de unas horas por fin llegamos a nuestro destino Arequipa, Perú. Vi a mi madre, a mis sobrinas, a mi hermana y su esposo, fue un momento muy lindo. Hubo sonrisas, llanto, alegría y nostalgia, todo envuelto en un solo momento, y hasta aquí el cuento.    Espero que mi experiencia les haya ayudado en algo, aunque hice esto principalmente para desahogarme, disculpen que haya sido tan larga, pero si lo leyeron completo y llegaron hasta el final se los agradezco. Que tengan un lindo día!!!



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