El miedo es como la familia, que todo el mundo tiene una, pero aunque se parezca, los miedos son tan personales y tan diferentes... como pueden serlo todas las familias del mundo. Hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño o estar solo en la oscuridad, pero son miedos con los que uno aprende a ir conviviendo, también hay miedos echos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla, miedo a que nade entienda lo que queremos ser.
Hay miedos que nos va dejando la conciencia, el miedo a ser culpables por lo que les pasa a los demás, y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido, como el miedo a la muerte, o a que alguien que queremos desaparezca. Pero lo importante de los miedos es que debemos superarlos, aunque no sepamos como hacerlo hay que tratar, así poco a poco se van yendo uno por uno.
A decir verdad yo tengo un miedo que no puedo superar, es el miedo a que la gente me juzgue, creo que es por eso que no puedo cantar delante de la gente o montarme en un escenario por el miedo a lo que la gente pueda pensar de mi, pero e aprendido a convivir con ese miedo y a no dejar de hacer cosas que me gustan como cantar, y aunque todavía no tengo el valor de montarme en una escenario, se que algún día lo are, estoy segura de eso. Porque lo que dicen es cierto, que la felicidad es la ausencia del miedo y gracias a alguien muy especial creo que ya no tengo miedo.
Hay miedos que nos va dejando la conciencia, el miedo a ser culpables por lo que les pasa a los demás, y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido, como el miedo a la muerte, o a que alguien que queremos desaparezca. Pero lo importante de los miedos es que debemos superarlos, aunque no sepamos como hacerlo hay que tratar, así poco a poco se van yendo uno por uno.
A decir verdad yo tengo un miedo que no puedo superar, es el miedo a que la gente me juzgue, creo que es por eso que no puedo cantar delante de la gente o montarme en un escenario por el miedo a lo que la gente pueda pensar de mi, pero e aprendido a convivir con ese miedo y a no dejar de hacer cosas que me gustan como cantar, y aunque todavía no tengo el valor de montarme en una escenario, se que algún día lo are, estoy segura de eso. Porque lo que dicen es cierto, que la felicidad es la ausencia del miedo y gracias a alguien muy especial creo que ya no tengo miedo.
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